Mi viejo amigo, mi amigo
viejo,
mirada franca y amable
y sonriente semblante,
airoso y sensual
danzante,
teatrero de voz
cantante.
Mi viejo amigo, mi amigo
viejo,
relator de chistosas
jaimitadas,
de mis bromas y chanzas
diana,
víctima de la
incomprensión y de la duda
te ganaste mi confianza.
Mi viejo amigo, mi amigo
viejo,
tú quizá ya no te
acuerdas de lo que juntos vivimos,
qué caminos anduvimos,
peña arriba, río abajo,
de cuántos planes
hicimos
y qué buenos ratos
pasamos.
Mi viejo amigo, mi amigo
viejo,
nunca tendré peso suficiente
que poner en la balanza
para igualar lo que me
has dado siempre
en tu generosa bonanza.
Mi viejo amigo, mi amigo
viejo,
ahora que ya llegaste a
la vejez
descubro lo bella y
breve que es la vida,
lo bien que supiste
vivirla
y cómo te has hecho
querer.
Mi viejo amigo,
amigo viejo y fiel amigo,
tú ya no te darás cuenta,
y tal vez así deba ser,
pero hoy yo siento y
te digo
cuánto te aprecio y
admiro.
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