Si en los días de asueto,
entre las sábanas enredado,
duermo hasta tarde y remoloneo
y dejo la cama los ojos aún pegados.
Si me hago un café solo,
desayuno en la cocina solo,
y, sin gana, dos tristes galletas tomo.
Si holgazaneo y deambulo
por los pasillos y cuartos
como un fantasma, desnudo,
¿es que la casa me viene grande
si ella no vive y duerme ya conmigo,
es que no encuentro un rincón oculto
que no me traiga un recuerdo suyo,
es que a pesar de todo, en el fondo, espero
oír en el silencio su voz de nuevo,
sabiendo, como sé,
que nunca regresará
y que en vano con ella sueño?
(De mi poemario "Ausencias")
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