viernes, 11 de diciembre de 2015

Martes roto (de sentencia y de condena)

Martes roto e inservible
martes digno de olvidarse
que llegas para sumirme
en tristeza vergonzante.
Martes mugriento y tosco 
martes sucio, maloliente,
tiñes con sangre de rojo 
cuanto brota de mi mente.

Aciago día de Marte
frío, cortante y severo,  
rompes por fin la esperanza
absurda que aún mantengo
de huir de esta prisión amarga,
de esta soledad de infierno,
de mí mismo, si hace falta,
para volver a aquel tiempo
en que feliz yo pasaba
las horas muertas sintiendo 
la vida que se dejaba
vivir sin sufrimiento.

Siento que se me escapa
para vivir el aliento, 
al final de esta semana,
este domingo de adviento,
llegará a mí la guadaña
que siegue mi gran tormento,
que corte al bies esta rama
podrida de mi sarmiento,
y que deje mi labranza
para siempre en un barbecho.




No hay comentarios:

Publicar un comentario