domingo, 24 de noviembre de 2013

La despedida



Vivir sin querer vivir,
sin ninguna gana, vivir,
sin tener por qué o por quién,
obligada a resistir.

No siento pena ni gloria,
solo hastío por mi existencia absurda,
sabor amargo en la boca
y la cabeza confusa.

No espero más de la vida,
ni siquiera de mí misma,
harta estoy de vivir metida
en esta casa maldita.

Si a nadie más que a mí
le duele mi herida,
si solo tengo esta botella
que me mata y es mi amiga,
¿para qué vivir dormida,
igual que una muerta en vida?

Vivir sin querer vivir,
queriendo morir, vivir.
Esta triste y perra vida
no está hecha para mí.

Y me voy.


4 comentarios:

  1. Lo leo y releo y me hace recordar a una amiga que hace mucho tiempo que no la veo y me da miedo preguntar, por ella .

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    1. Por desgracia, mi poesía vuelve a cobrar sentido en estos días. Alguien que yo apreciaba tomó su propia decisión, Ady.

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