sin ninguna gana, vivir,
sin tener por qué o por quién,
obligada a resistir.
No siento pena ni gloria,
solo hastío por mi existencia absurda,
sabor amargo en la boca
y la cabeza confusa.
No espero más de la vida,
ni siquiera de mí misma,
harta estoy de vivir metida
en esta casa maldita.
Si a nadie más que a mí
le duele mi herida,
si solo tengo esta botella
que me mata y es mi amiga,
¿para qué vivir dormida,
igual que una muerta en vida?
Vivir sin querer vivir,
queriendo morir, vivir.
Esta triste y perra vida
no está hecha para mí.
Y me voy.
Y me voy.
Hace pensar.
ResponderEliminarDe eso se trata, Ady, de hacer pensar. Aunque duela.
EliminarLo leo y releo y me hace recordar a una amiga que hace mucho tiempo que no la veo y me da miedo preguntar, por ella .
ResponderEliminarPor desgracia, mi poesía vuelve a cobrar sentido en estos días. Alguien que yo apreciaba tomó su propia decisión, Ady.
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