Un isla solitaria en medio del mar, rodeada de la clara bruma del amanecer, puede llegar a confundirse con la nada misma, y parecer irreal o a punto de desaparecer.
Pero seguirá estando ahí siempre, hundiendo sus rocas y sus acantilados en el fondo del mar, asomando apenas su punta, y dibujando levemente su silueta en el horizonte.
Pero seguirá estando ahí siempre, hundiendo sus rocas y sus acantilados en el fondo del mar, asomando apenas su punta, y dibujando levemente su silueta en el horizonte.
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