sábado, 19 de julio de 2014

Noche de verano


Sentir su fresca piel de seda pegada a mis labios,
la ternura de su pecho sobre el mío,
y el olor de su pelo recién lavado,
mientras en la oscuridad la silueta de su cuerpo adivino.

¿Qué más puedo pedirle 
a una noche de verano
que echarme desnudo a su lado
y, bajo las estrellas, 
sin prisa pero sin pausa amarnos?


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