Pienso, luego escribo.
Y hablo por no estar callado.
jueves, 11 de julio de 2013
Perro
Había en mi barrio un perro ratonero pequeño y tuerto al que todos ignoraban y con el que yo me
encariñé. Pero llegué a odiarle profundamente a partir de que empezara a
acercarse a mis piernas para frotarse su sexo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario