Por eso somos más felices los momentos en que
vivimos sintiendo intensamente que estamos vivos, libres de condicionantes
externos, libres de la obligación de tener que vivir nuestra vida pensando y complaciendo
a los demás.
Como cuando nos encontramos en soledad frente al
esplendor de la naturaleza y la contemplamos absortos y maravillados.
Como cuando amamos, sentimos y gozamos con otra persona, sin necesidad de decirnos nada.
Como cuando miramos a nuestro alrededor y vemos la
belleza inherente a todas las cosas que existen, y que son bellas solo por el
mero hecho de existir.
Son esos momentos en que olvidamos lo que tenemos,
lo que ambicionamos y lo que representamos
y solo somos nosotros mismos. Son esos momentos en que sabemos que somos porque estamos vivos, y vivimos porque tenemos la vida.
Lo demás nos tiene a nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario