domingo, 9 de marzo de 2014

Lluvia













Si en un día de lluvia
me acerco a la ventana
y miro las frías y brillantes gotas de agua
iluminadas por la extraña luz de un cielo tormentoso
resbalando lentamente por el cristal,
y no miro hacia afuera, y no veo la calle 
ni la gente que corre bajo sus paraguas,
ni los ruidosos coches salpicando las aceras,
¿quiere decir que mi autismo está en una etapa muy avanzada,
o que mi nivel de introspección es tal
que no puedo ver más allá del cristal?
Quizás, simplemente, es que me sugiere más el viaje
breve de una diminuta gota de agua en su existencia efímera
que todo el desenfrenado movimiento de la calle
en un día de lluvia
en que me acerco a la ventana
para ver si ella regresa,
sabiendo, como sé,
que nunca lo hará. 

(De mi poemario "Ausencias") 



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